El proceso es muy similar al de las plantas cuando hacen fotosíntesis; es decir, toman la energía del sol y la convierten en energía que pueden utilizar para sí mismas. Ya después, esa energía es distribuida en tu casa para hacer funcionar todos los aparatos que tienes en tu casa. Una de las muchas ventajas de este sistema es que se puede modificar el tamaño de sistema al quitar o poner más paneles.
Si está lloviendo tu sistema como quiera sigue produciendo energía. Quizá no igual que un día soleado de julio, pero siempre estará produciendo energía. Además, los días lluviosos ya están considerados en tu cotización con un promedio de irradiación de 10 años, por lo que los ahorros que te prometemos son muy cercanos a la realidad.
Los paneles solares están conectados con inversores al centro de carga para sincronizar la electricidad que producen con la que manda la CFE haciéndola indiferente de la que recibes de la red.